miércoles, 4 de junio de 2008

La Política en Chile es una mierda!!!


Me inicié en política a los 15 años. Fueron momentos maravillosos, no lo niego. Llegamos a ser la juventud más grande de Chile – en un contexto de comparación entre regiones a nivel nacional -. Teniendo sólo 16 años ya era vicepresidente de la Juventud de Linares; a los 17, Vicepresidente Regional, junto con otro amigo y dirigente - actualmente candidato a concejal por Pedro Aguirre Cerda- . Fuimos los únicos dos secundarios que participábamos en los Trabajos de Invierno de la UDI, sacrificando nuestras ansiadas vacaciones, que a la larga, se saldaban con creces. Fundamos un pasquín en la comuna de Linares, con una circulación quincenal. la energía para generar ese nivel de ayuda, era propia de la motivación que teníamos en esos años, orfanatos, centros de acogida, asilos de ancianos, clubes deportivos, en fin, podría enumerar infinidades de situaciones de ayuda, de las cuales no me arrepiento ni un segundo por todo lo entregado. Cumplí los 18 años, y al mes estaba firmando la militancia de la UDI en manos de Pablo Longueira.


Pero esto no podía ser todo color de rosa. Ingresé a Derecho el año 2003, teniendo como objetivo central en mi vida titularme de abogado y dedicarme a la política como siempre lo quise, pero a medida que fui adquiriendo cierto poder de crítica - a partir de cursos de gremialismo y de una formación política y jurídica-, me fui dando cuenta de que a ese gran partido que había iniciado Jaime Guzmán, allá por los años 80´, no le quedaba ni un ápice de lo que fue originalmente. Perdió el horizonte, desvió el rumbo, cambio la forma de hacer política, por la politiquería y, lo que es peor, perdió un gran concepto formador e inspirador de aquella época, que hoy en día se nombra en la juventud y causa extrañeza: la “Mística”. Muchos no comprenderán su significado, pero entiéndanlo como ese espíritu colectivo que nos movía en aquella época.


Es triste ver lo que es hoy en día la UDI, ver como se perdió esa idea formadora de hacer política que enseñó Jaime, cayendo en la falta de liderazgo y en la necesidad de hablar cualquier imbecilidad con tal de salir cinco segundos en un noticiario; capaz de denostar a una persona simplemente por obtener más votos y de renegar a sus principios de pertenencia a cambio de lo “políticamente correcto”; no ser capaz de dejar de lado viejas rencillas con tal de poder ponerle el pie encima al otro. Es cosa de ver aquella patética pelea entre Sebastián Piñera vs. Pablo Longueira. Se perdió la consecuencia y eso, para un partido político, es una crónica de una muerte anunciada. Tal vez, como me lo planteó un querido amigo, fui yo el que cambié, y no la UDI; fui yo quien se dio cuenta que dicho partido no cumplía con mis modestas expectativas y formas de hacer política. No lo creo, Jaime Guzmán no hubiese permitido que la UDI llegue a ser lo que es hoy.


Finalmente, no me queda más consuelo que firmar la renuncia a dicho partido. Me quedo con una desazón muy fuerte, porque ustedes se encargaron de truncar mi participación en la vida política. Pero si queremos ser consecuentes, es lo que hay que hacer, ya que lamentablemente la UDI, en vez de formar verdaderas personas, se vendió al populismo barato y a la búsqueda de votos, y hoy, ya no estoy dispuesto a luchar por eso.


"La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principio sobre los cuales fué fundado."
Montesquieu (1689-1755) Escritor y político francés